Me encantaba ese olor a tabaco de bar de barrio, el olor a cafe recien echo, me gustaba oir el ruido de las maquinas, a los paisanos jugando a las cartas y a mi madre riendo, todo se jodia cuando mi padre entraba por la puerta y se cagaba en todos los santos...pero aun asi las tardes eran las hostia.
Y aunque fuesen los años más penosos de mi vida (eso espero) aquellas partidas de Toki hacian que todo se me olvidase, que despues del Toki no hubiese nada, que yo era esa princesa y que algún dia vendrian a rescatarme .... aun lo estoy esperando claro.
Y ahora la partida a terminado, mi hermano hace su vida y yo la mia, ya ni nos vemos e incluso desde hace unos meses ni nos hablamos....joder que sencillo era todo frente una maquina de arcade¡¡¡¡